El cuento de la energía limpia (y como el ser humano vuelve a tropezar en la misma piedra)

Han pasado casi 50 años desde la primera convención internacional de las Naciones Unidas para la protección del medio ambiente y nuestro planeta. Desde ese momento hasta hoy se ha avanzado mucho, sobre todo en una dirección, la transición de un modelo energético basado en energías fósiles, principalmente petróleo, hacia un sistema basado en energías renovables y de cero emisiones.

El modelo de las energías verdes, en el cual se ha basado el nuevo modelo energético, soluciona la mitad del problema, ya que efectivamente se generan menos emisiones de CO2 a la atmósfera, pero hay otros problemas que siguen existiendo e incluso empeoran por el uso de estas tecnologías verdes y que no te han contado, ni quieren que sepas…

Si cerramos los ojos y pensamos en elementos carismáticos de energías limpias, enseguida aparecerán el vehículo eléctrico, los molinos eólicos y los paneles solares fotovoltaicos.

Estos tres pilares de la energía limpia, no son tan limpios como nos han hecho creer, y vamos a explicar las razones.

1. Composición esencial para su funcionamiento de metales raros.

Para el funcionamiento de estos tres se necesitan cantidades muy importantes de metales raros. Metales que se encuentran en países que para su extracción no tienen en cuenta la protección del medio ambiente ni a su población. Su extracción, refinado y sus residuos provocan problemas de contaminación de aguas subterráneas por vertidos, de tierras de cultivo, además de problemas de salud de los trabajadores de las minas y de la población de muchos kilómetros alrededor.

Casualmente China es el principal poseedor de estos metales raros, como el grafito. China tiene la sartén por el mango e impone los precios que quiere en el mercado mundial. Pero China quiere ser algo más que proveedor, quiere exportar productos de alta tecnología, como vehículos eléctricos de su factoría BYD, que amenaza(rà)la competencia de este producto de las compañías occidentales.

(Aquí hago un inciso personal, sobre la sospecha que existe sobre el virus de la Covid19 y China. Creo que a un país que está en una superioridad comercial con el resto de países, que necesita de mercados abiertos, de una economía fuerte para poder vender productos de alta tecnología, a este país no le interesa crear un virus para que se cierre todo y vender mascarillas, China va más allá. Hay algo que no me termina de cuadrar, pero esto será motivo de otro post…)

2. Necesidad de metales comunes en grandes cantidades

Las tecnologías verdes utilizan una cantidad ingente de metales comunes como el acero, el aluminio o el cobre. Para cubrir la demanda mundial de estos metales se necesita exprimir al máximo las reservas mundiales de estos metales. Se calcula que de aquí a 2050 se necesitará, para cubrir la demanda mundial de cobre, la misma cantidad que la humanidad ha consumido durante toda su existencia.

Esta demanda de metales comunes provoca contaminación de áreas próximas, subsuelos y un consumo extremo de recursos, por ejemplo, para extraer el cobre de la mayor mina del mundo se necesitan 2.000 litros de agua por SEGUNDO!

Además en el proceso de refinamiento y gestión de residuos se vuelcan multitud de metales pesados en suspensión a la atmósfera y al subsuelo que provocan enfermedades muy graves a la población que se encuentra a miles de kilómetros de distancia y contaminación de aguas y tierras.

3. Residuos de estas tecnologías

Cuando acaba la vida útil de estas tecnologías, se abandonan sin más, porque a día de hoy es más barato extraer metales raros que reciclarlos. En Alemania multitud de aspas de molinos eólicos se abandonan en campos a esperar que se desintegren…

Por tanto, y a modo de resumen, las tecnologías verdes solo hacen que el aire esté limpio en los países ricos, los países mineros sacrifican si agricultura, su medio ambiente y el bienestar y la salud de su población para que aquí se respire mejor. El problema solo se ha trasladado al vecino, hemos barrido nuestra puerta y le hemos dejado el montón delante de la puerta de al lado.

Sólo hay una opción de cambio real y es modificar el sistema de vida y de consumo que tenemos o dentro de 40 años habremos perdido el tiempo con esta mentira de las tecnologías verdes que no van a mejorar nada y lo único que han hecho es enriquecer a unos pocos a costa de la vida futura del planeta.

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